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  • Prof. Rafael Mediavilla

LA HISTORIA REAL DEL PSICÓPATA EN EL CINE: EL PSICÓPATA Y EL SEXO

Updated: Jul 14, 2022

Segundo de una serie de 5 artículos

www.cinemanewspr.com

“Norman Bates” (Anthony Perkins) en Psycho, Alfred Hitchcock, 1960.

La película creadora del género es, sin embargo, lo menos parecido a un film de psicópatas porque no es hasta la mitad del largometraje cuando el asesinato, de la que pensábamos protagonista, reconduce la historia al territorio de una misteriosa asesina – demente - que habita en una vieja mansión donde los que entran no salen vivos. Al final, la tal asesina resulta ser la segunda personalidad que se ha creado el esquizofrénico “Norman Bates” para reprimir sus impulsos sexuales. Esta obra maestra revolucionó y dio alas al cine de terror suponiendo un giro hacia lo psicológico en cuanto a temática, y hacia la ruptura con el clasicismo en cuanto a estructura y lenguaje cinematográfico.

“Carol Ledoux” (Catherine Deneuve) en Repulsion, Roman Polanski, 1965. Como en Psicosis (Alfred Hitchcock), esta vez con una “Norman Bates” femenina que se vuelve presa de sus delirios psicosexuales y no tiene reparos en asesinar a los hombres que se le acercan con intenciones libidinosas que, según ella, son todos. Este personaje no soporta la visión de la sangre ni otros peligros del mundo exterior, por lo que se encierra en su apartamento. Polanski sintetiza magistralmente el cine de arte y ensayo asi como su estilo vanguardista de la época con su gusto por el terror psicológico mediante la creación de un relato enfermizo, claustrofóbico, anticomercial y enormemente influyente. “Catherine Tramell” (Sharon Stone) en Basic Instinct, Paul Verhoeven, 1992. A diferencia de “Norman Bates” o “Carol Ledoux”, “Catherine Tramell” no asesina por miedo al sexo sino, todo lo contrario, porque sólo convirtiéndose en una mantis religiosa humana puede redondear el placer del orgasmo. De esa forma, se convierte en la perfecta fantasía masculina para canalizar la mezcla de pánico y fascinación que el director, el guionista, y toda la sociedad judeocristiana en general, sienten hacia las mujeres sexualmente liberadas. La asociación de juerga, sexo, drogas, dominación femenina y muerte es tan reaccionaria como cinematográficamente jugosa cuando se pone en manos de un maestro como Paul Verhoeven y de la reina del thriller erótico y mejor femme fatale de la historia del cine, Sharon Stone.



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