Obtenido de www.cinemanewspr.com (Scene 51)
El término gótico nace en el siglo XVI. El mismo se utilizaba para designar el arte de los godos y los bárbaros que llegarían a conquistar el mundo cristiano. También, la palabra gótico fue usada para enmarcar un estilo de literatura popular surgido a fines del siglo XVIII.
Este género se caracterizó por la exageración en los rasgos (“traits”) de los personajes y de sus situaciones, así como en el desarrollo de éstas bajo el marco melodramático que facilita el terror y el misterio. Estas historias se situaban, generalmente, en lugares solitarios subrayando así los aspectos más grotescos y macabros para crear una poética sobre los monstruoso como aporte dramático, lo cual reflejaba un subconsciente convulsivo y desasosegado. Esta época (la gótica) se destaca por sus ensoñaciones, perspectivas del espíritu, contrastes y garantías sobre la muerte - “se nace para saber morir y la vida viene a ser como el reverso de la eternidad". La edad gótica es materialista y divina, y es donde se dan los más desenfrenados goces terrenales junto a las más puras aspiraciones del espíritu. En el género del film de horror, lo gótico amalgama, en otro lenguaje, todas las características antes citadas. Ha existido desde hace tanto como el cine mismo. Usualmente se le relaciona con películas situadas en castillos ruinosos, cementerios hechizados y con ruidos atemorizantes. Sin embargo, el horror gótico es mucho más que eso. Bajo este concepto, cualquier película de terror con un decorado adecuado quedaría enmarcada dentro de este género. En estas cintas, los decorados recrean una atmósfera insana mediante la yuxtaposición de arquitecturas y, fundamentalmente, por la iluminación. Las escenografías siempre están en penumbras, jugando más con impresiones que con certezas, con contornos difuminados que ayudan a crear una sensación de irrealidad y un ambiente malsano. La arquitectura gótica - hasta nuestros días - refleja un áurea irreal, representando la visión medieval de la iglesia terrenal como una ciudad celestial. Sus bóvedas en punta parecían intentar tocar a Dios. En sus ventanas altas, finas y puntiagudas, casi siempre con vitrales en ellas, la luz cobraba un sentido místico. El ejemplo más claro de esto es la Catedral de Notre Dame en París, Francia. No obstante, y más allá de todo esto, el cine gótico se identifica con temas específicos como los sueños perturbadores, el amor desesperado e imperecedero y la romantización melancólica de la muerte. Las obras cinematográficas de este tipo de cine tuvieron su época de oro en los años 60 y 70, donde se produjeron cientos de filmes tanto en América como en Europa. Esta etapa puede ser definida como “horror gótico clásico”, pero antes de éstas hubo otras películas que definieron y crearon la peculiaridad del género del horror.